La garúa cae suevemente...

II

En buenos momentos de fe
los ojos lloran cómo garúa;
vuela, buscan, y no encuentran
porque en el suelo el destino los espera.

Hay tanto anhelo de valor
que las gotas sin rencor van,
hacia el suelo que al contacto destruirá
una pasión, una amistad ¿Será?

Pero en el suelo un camino habrá
díficil, con obstáculos será
paciente y felices las gotas irán
¡a la tierra prometida de la felicidad!
Lois

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